Cuentas para empresas

En toda empresa llega un momento en el que el banco ya no se ajusta a sus necesidades: comisiones elevadas, servicios limitados o falta de financiación. En estos casos, surge la pregunta: ¿cómo cambiar de banco o de cuenta bancaria siendo una empresa o sociedad?
Aunque pueda parecer un proceso complicado, el cambio de cuenta bancaria es cada vez más sencillo gracias a la normativa europea de portabilidad y a los servicios de acompañamiento que ofrecen los bancos. Lo importante es planificar bien el proceso para no interrumpir la operativa diaria del negocio.
El cambio de banco para una empresa implica abrir una nueva cuenta empresarial, trasladar domiciliaciones e ingresos, revisar contratos vinculados (TPVs, préstamos, nóminas) y cerrar la cuenta antigua cuando todo esté migrado. No es complicado si se sigue un plan paso a paso, y puede suponer un ahorro en comisiones y mejores condiciones financieras.
Las razones más habituales para iniciar un cambio de cuenta bancaria son:
Antes de cambiar, revisa qué comisiones pagas, qué servicios utilizas (TPV, financiación, seguros) y si hay contratos vinculados que puedan penalizar el traslado.
Compara opciones de cuentas para empresas o las mejores cuentas para autónomos y asegúrate de que incluye lo que tu negocio necesita: transferencias, tarjetas corporativas, integración con softwares de gestión, atención especializada, etc.
Al ser sociedad, el banco te pedirá documentación para abrir la cuenta: CIF, escrituras, poderes notariales y DNI de administradores. En el caso de autónomos, suele bastar con alta censal y DNI.
Este es el paso más crítico. Debes notificar el cambio de cuenta bancaria a:
Si tienes un TPV, revisa el contrato: puede que tengas que dar de baja el anterior y contratar un TPV nuevo con el nuevo banco. Asegúrate de tener en cuenta los bancos con TPV gratis al realizar tu elección.
No cierres la cuenta hasta que confirmes que no queda ninguna domiciliación activa. Te recomiendo mantener ambas cuentas operativas unas semanas para evitar devoluciones.
La respuesta es no. Aunque el cambio de banco implica más trámites que en el caso de un particular, cada vez más entidades ofrecen servicios de portabilidad bancaria que facilitan el traslado de domiciliaciones y pagos.
El proceso puede simplificarse si:
Por ejemplo:
Una pyme del sector retail decide migrar de un banco tradicional a una fintech con cuenta de empresa sin comisiones y TPV virtual integrado.
Resultado: reducción del 60% en comisiones bancarias e integración con su software de facturación.
El cambio de cuenta bancaria no siempre es recomendable. Si la empresa tiene una financiación en curso vinculada a la cuenta (préstamos, leasing, líneas de crédito), cerrar la cuenta puede implicar renegociación o penalizaciones. En ese caso, te recomiendo negociar primero con el banco actual.
El cambio de banco no debería verse como una complicación, sino como una oportunidad de mejorar la gestión financiera de tu negocio. Con una buena planificación, abrir una nueva cuenta y migrar domiciliaciones se convierte en un proceso sencillo que puede aportar más liquidez, menos costes y mejor servicio.