Financiación para empresas y autónomos
El préstamo participativo es una herramienta financiera diseñada para reforzar la estructura de capital de una empresa sin diluir la propiedad ni asumir los compromisos rígidos de un préstamo tradicional. Es una opción especialmente útil para negocios en fase de expansión, donde se busca financiación flexible con visión a largo plazo.
Un préstamo participativo es un tipo de financiación en la que el prestamista (normalmente una entidad pública o un inversor privado) recibe una remuneración vinculada al desempeño económico de la empresa, además de un tipo de interés fijo. Legalmente, se sitúa entre el capital propio y la deuda tradicional, por lo que se considera una fuente de financiación híbrida.
➡️En la práctica, el interés variable suele depender de variables como el beneficio neto, el EBITDA o la cifra de negocio.
🗨️El EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization), o beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, es un indicador clave para medir la rentabilidad operativa de una empresa. Refleja el resultado bruto de explotación antes de aplicar costes financieros o contables no recurrentes, como las amortizaciones.
En el contexto del préstamo participativo, el EBITDA se utiliza con frecuencia como base para calcular el tramo variable del interés, ya que representa mejor el desempeño operativo real sin distorsiones por estructura de capital o inversiones anteriores.
Por estas razones, los préstamos participativos se utilizan en procesos de crecimiento, fusiones, reestructuración de deuda o como alternativa a la financiación bancaria tradicional.
Desde el punto de vista fiscal y contable, los préstamos participativos tienen un tratamiento específico que conviene conocer:
En la práctica, muchas empresas lo contabilizan como pasivo no corriente en la cuenta contable del préstamo participativo, dentro del grupo 17 (deudas a largo plazo), hasta que se determine su calificación final.
Según el ICAC, en caso de duda sobre su clasificación, debe prevalecer la sustancia económica sobre la forma jurídica, y valorarse su efecto en la imagen fiel del balance.
✅Consulta con tu asesor contable si estás en una ronda de inversión o has solicitado financiación pública (como ENISA o CDTI), ya que la clasificación afecta a los ratios de solvencia y a la imagen financiera de la empresa y asegúrate de conocer los tipos de impuestos que pagan las empresas.
Este tipo de financiación es especialmente adecuado en los siguientes casos:
En lugar de acudir solo a bancos, muchas empresas combinan este producto con otras fórmulas como el factoring, el leasing financiero o la financiación alternativa para crear una estructura de capital más eficiente.
En España, los principales canales son:
Las condiciones varían según el programa, pero suelen incluir carencia inicial de amortización, plazos entre 5 y 10 años y vinculación parcial al rendimiento económico.
¿Qué es un préstamo participativo y en qué se diferencia de uno bancario?
Es un tipo de financiación que se reembolsa con intereses fijos y variables, y no exige garantías personales. Además, puede computar como fondos propios en el balance.
¿Cómo se contabiliza un préstamo participativo en contabilidad?
Generalmente, se registra como pasivo no corriente (grupo 17), aunque en ciertos casos puede clasificarse como patrimonio neto si cumple con la normativa mercantil y fiscal.
¿Cuál es la cuenta contable de un préstamo participativo?
Se utiliza habitualmente la cuenta 174 “Deudas a largo plazo con entidades de crédito” o una subcuenta específica para reflejar los intereses variables y condiciones especiales.
¿Qué ventajas fiscales tiene este tipo de préstamo?
Puede mejorar la estructura financiera sin incrementar la deuda exigible. Además, los intereses pueden ser deducibles, y la no exigencia de garantías evita comprometer otros activos.
¿Cuándo conviene solicitar un préstamo participativo?
En fases de expansión, procesos de reestructuración financiera o cuando se quiere atraer inversión sin ceder control accionario.
Los préstamos participativos son una solución intermedia entre la deuda tradicional y la entrada de capital. Permiten reforzar la estructura financiera sin perder el control de la empresa ni comprometer activos. Además, su tratamiento contable y fiscal —siempre que se gestione adecuadamente— puede mejorar el balance, los ratios de solvencia y la imagen frente a terceros. Entender qué es un préstamo participativo, cómo se contabiliza y cuándo conviene utilizarlo puede marcar la diferencia entre depender de financiación bancaria estándar o diversificar las fuentes de capital con inteligencia y visión a largo plazo.