Tesorería

Cobrar a tiempo no es solo cuestión de enviar una factura: es parte esencial de la tesorería de tu negocio. Una mala gestión puede provocar retrasos en pagos, tensiones financieras y, en casos graves, incluso la quiebra. Optimizarla requiere políticas claras, seguimiento constante, herramientas digitales y estrategias preventivas como la evaluación de clientes, la diversificación de métodos de pago y el uso de soluciones como factoring o confirming.
Según datos de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad, el retraso medio de pago en España para pymes es de 82 días, cuando la Ley marca un máximo de 60. En este artículo te explicaré cómo funciona la gestión de cobros, las mejores prácticas para aplicarla y las herramientas que puedes implementar para garantizar un flujo de caja sano.
La gestión de cobros es el conjunto de procesos, políticas y acciones que una empresa aplica para asegurar el pago puntual de las deudas de sus clientes. Incluye desde la facturación y el seguimiento de plazos, hasta la reclamación de impagos o el uso de instrumentos financieros para adelantar liquidez.

Una buena gestión de cobros no se limita a reclamar facturas vencidas: empieza antes incluso de cerrar la venta y debe integrarse en la política financiera de la empresa. Estas son las estrategias que más impacto pueden tener en tu liquidez y en la reducción de impagos:
Define por escrito los plazos de pago, condiciones y penalizaciones por retraso, y deja constancia en contratos, presupuestos y facturas. Informa al cliente desde el primer contacto para evitar malentendidos. En sectores de alto riesgo, considera solicitar pagos parciales o un depósito inicial.
El tiempo entre la entrega del producto o servicio y la emisión de la factura debe ser mínimo. Usa software de facturación electrónica para evitar omisiones de datos fiscales, duplicidades o errores que puedan retrasar el pago.
No esperes a que venza la factura: programa recordatorios automáticos 5-7 días antes de la fecha límite. Un control semanal del Periodo Medio de Cobro ayuda a detectar retrasos antes de que se conviertan en impagos.
Cuantos más canales de pago pongas a disposición del cliente, más sencillo será que cumpla. Incluye transferencia bancaria, TPV físico o virtual, domiciliación SEPA y pasarelas de pago online.
Antes de conceder crédito comercial, solicita informes comerciales, analiza el historial de pagos y fija límites de crédito según el perfil del cliente. Esto es especialmente importante en operaciones B2B de alto importe.
Valora usar soluciones como factoring y el confirming: herramientas que permiten convertir facturas pendientes en efectivo o diferir pagos sin deteriorar la relación con el cliente.
Ofrece descuentos por pronto pago (1-2 %) y aplica intereses de demora o recargos según lo permitido por la Ley 3/2004 contra la morosidad.
Medir la eficacia de la gestión de cobros permite detectar problemas antes de que impacten en la tesorería y tomar decisiones correctivas a tiempo. Estos son los KPIs más relevantes:

La gestión de cobros no puede tratarse como un trámite administrativo, sino como un pilar estratégico que se alinee con la planificación de tesorería, el control de gastos y las proyecciones de ingresos. Cuando una empresa gestiona sus cobros con eficacia, mejora su liquidez, reduce el riesgo de impagos y gana capacidad para invertir, negociar mejores condiciones con proveedores y crecer de forma sostenible. Integrar esta función en la estrategia financiera es clave para asegurar estabilidad y competitividad a largo plazo.