Tesorería
En cualquier actividad empresarial, los gastos de una empresa son uno de los elementos clave para entender la salud financiera y tomar decisiones acertadas. Da igual si es una multinacional o una empresa pequeña: cada euro que sale de la caja tiene un impacto directo en la rentabilidad y en la capacidad de crecimiento de dicha empresa.
En este artículo vas a encontrar que son los gastos de empresa, cuáles son los principales tipos que existen, cómo pueden variar según el tipo de negocio y los retos que supone poder controlarlos.
Los gastos en una empresa son todas las salidas de dinero necesarias para desarrollar su actividad. Incluyen desde el pago de salarios, proveedores (luz, alquiler…), impuestos o las compras de materias primas.
En términos contables, se registran como disminuciones del patrimonio neto y aparecen reflejados en la cuenta de resultados. Su correcta clasificación es esencial para cumplir no solo con la normativa contable, también con leyes fiscales para empresas, de esta forma poder realizar un análisis con mayor precisión de la rentabilidad del negocio y saber cómo gestionar los gastos corporativos de manera óptima.
No todos los gastos de una empresa se comportan igual ni tienen el mismo impacto en la tesorería. Clasificarlos correctamente es clave para un buen control de gastos y para tomar decisiones estratégicas que mejoren la rentabilidad. La clasificación más común incluye:
Son aquellos que permanecen estables independientemente del volumen de ventas o producción. Su importe no varía en el corto plazo y forman parte de la estructura permanente de la empresa.
➡️Por qué importan: Mantener un control de los gastos fijos es esencial porque, al no ajustarse automáticamente a la facturación, pueden generar tensiones de liquidez en periodos de menor actividad.
Fluctúan en función del nivel de producción o ventas. Son más fáciles de ajustar a la actividad y pueden ser clave para optimizar la gestión de gastos empresa.
➡️Por qué importan: Permiten mayor flexibilidad financiera, pero si no se controlan pueden crecer de forma desproporcionada y reducir el margen.
Se asocian de forma inmediata con la producción de bienes o la prestación de un servicio. Su relación con el ingreso generado es directa y medible.
➡️Por qué importan: Son parte del cálculo del coste de ventas y afectan directamente al margen bruto.
Son necesarios para el funcionamiento de la empresa, pero no se pueden atribuir a un producto o servicio concreto.
➡️Por qué importan: Aunque no estén vinculados directamente a un producto, impactan en la rentabilidad global y deben optimizarse para mejorar la eficiencia operativa.
No forman parte de la operativa habitual y suelen ser puntuales o imprevistos.
➡️Por qué importan: Pueden desestabilizar la liquidez si no existe un fondo de contingencia o un plan de prevención.
El peso y la naturaleza de los gastos dependerán mucho del modelo de negocio:
En una empresa pequeña (ya sea una microempresa, un autónomo con personal a cargo o una sociedad con estructura reducida) los gastos suelen concentrarse en pocas partidas, pero su impacto en la tesorería es mucho mayor que en compañías grandes.
Según datos del DIRCE 2024 (INE), más del 93 % de las empresas españolas tienen menos de 10 empleados, y la mayoría se financian con recursos propios, por lo que el control de sus gastos es crítico para su supervivencia.
En este tipo de negocios, los gastos más habituales son el alquiler del local, suministros básicos, salarios y cotizaciones sociales del personal, impuestos, marketing y servicios externos como asesoría o mantenimiento. Dado que el margen de maniobra es limitado, es clave llevar un control de gastos desde el inicio, con seguimiento mensual, para ajustar costes y evitar tensiones de caja.
Tomemos como ejemplo sencillo una pyme con 5 empleados y una facturación de 30.000 € mensuales:
➡️Total: 19.250 € en gastos mensuales empresa.
Esto significa que el 64 % de la facturación se destina a cubrir gastos, lo que deja un margen que deberá cubrir impuestos y beneficios.
Nota: Estas cifras son un ejemplo orientativo. Los costes reales dependen del sector, la ubicación, el tamaño de la plantilla, el convenio colectivo y el modelo de negocio. El objetivo es ilustrar la estructura típica de gastos de un negocio, no establecer un estándar universal.
Según Infoautónomos, los gastos fijos recurrentes incluyen cotizaciones en el RETA y alquiler, pero recuerda que el beneficio neto no equivale a liquidez, ya que la liquidez real se mide por los desembolsos efectivos necesarios para operar
Aunque medir y clasificar los gastos parece sencillo, en la práctica las empresas se enfrentan a varios obstáculos, como por ejemplo:
Sin entrar específicamente en técnicas de gestión financiera, aquí tienes algunos tips clave que te pueden servir:
Los gastos de una empresa no son solo un número en la contabilidad: son el pulso real de un negocio. Entender sus tipos, ejemplos y retos es el primer paso para poder controlarlos y garantizar la rentabilidad de la empresa a largo plazo.