Tesorería

Entender el remanente de tesorería es clave para conocer la verdadera salud financiera de cualquier entidad pública. Cada año, al cerrar el presupuesto, este indicador revela si el organismo tiene recursos suficientes para afrontar sus obligaciones, financiar nuevos gastos o corregir desequilibrios. Sin embargo, para muchas personas sigue siendo un concepto complejo y rodeado de dudas: ¿Qué es realmente?, ¿Cómo se calcula?, ¿Qué diferencia hay entre el remanente total y el remanente líquido?, ¿Qué papel juega la cuenta 413?

En esta guía te lo explico de forma clara, práctica y sin tecnicismos innecesarios, para que entiendas cómo funciona y cómo interpretarlo correctamente. Algo que suele generar confusión, ya que para comprenderlo bien también es importante saber qué es la tesorería y qué papel juega dentro del ciclo presupuestario y de la liquidación anual
El remanente de tesorería es un indicador financiero que resume la situación económica de una entidad al final del ejercicio, una vez que se tienen en cuenta tanto el dinero en caja y bancos como los derechos pendientes de cobro y las obligaciones pendientes de pago.
A diferencia del dinero disponible en banco, el remanente tiene en cuenta todo lo que queda por cobrar y por pagar, ofreciendo una visión completa de los recursos reales. Dentro de la gestión económico-presupuestaria, forma parte de los indicadores claves de tesorería, porque permite evaluar no solo la liquidez inmediata, sino la capacidad real de la entidad para afrontar pagos y mantener su equilibrio financiero.
Aunque a veces se confunde con el flujo de caja, el remanente de tesorería es un indicador mucho más completo, ya que incluye derechos y obligaciones pendientes, no solo movimientos de dinero.
Incluye:
Estos elementos combinados permiten obtener una cifra que refleja si la entidad tiene capacidad financiera real para asumir sus pagos y planificar el presupuesto del año siguiente sin poner en riesgo su equilibrio.
El remanente de tesorería tiene un papel clave en la gestión financiera y presupuestaria, especialmente en administraciones públicas y entidades que trabajan con presupuesto. No es solo un dato contable: marca el margen real de maniobra para gastar, invertir y planificar el ejercicio siguiente.
Cuando el remanente de tesorería es positivo, puede utilizarse para ampliar créditos o habilitar nuevas partidas de gasto que no estaban previstas en el presupuesto inicial. En la práctica, este permite acometer proyectos adicionales sin acudir a más deuda.
Un remanente suficiente y estable indica equilibrio, liquidez y capacidad de pago frente a obligaciones ya reconocidas. Por el contrario, un remanente negativo o muy ajustado alerta de tensiones de tesorería y de la necesidad de aplicar medidas correctoras (ajustes de gasto, mejora de cobros, revisión de la planificación).
Los órganos de intervención y control usan el remanente —y, en particular, el remanente líquido de tesorería— para comprobar el cumplimiento del equilibrio financiero, valorar la sostenibilidad del presupuesto y emitir informes sobre la viabilidad de nuevas decisiones de gasto en el ejercicio siguiente.
Cuanto mayor y más sólido es el remanente, mayor es la capacidad de la entidad para afrontar imprevistos, atender compromisos pendientes y financiar inversiones sin deteriorar su posición financiera. Por eso se considera un indicador de solvencia a medio plazo y un apoyo básico para la toma de decisiones de tesorería y presupuesto.
El cálculo del remanente de tesorería parte de la liquidación del presupuesto e integra cuatro elementos fundamentales:
| Tesorería disponible | Fondos que la entidad tiene en caja, bancos y otras cuentas de tesorería a 31 de diciembre. Refleja la liquidez inmediata disponible. | 850.000 € | |||
| Derechos pendientes de cobro | Ingresos reconocidos que aún no se han cobrado (tributos, tasas, precios públicos, subvenciones, etc.) | 600.000 € | |||
| Obligaciones pendientes de pago | Gastos comprometidos como: facturas, nóminas, transferencias y otros compromisos ya devengados pero aún no pagados. | 400.000 € | |||
| Ajuste por saldos de dudoso cobro | Cantidades con riesgo de impago que deben restarse. No todos los derechos pendientes de cobro se van a cobrar realmente* | 90.000 € | |||
| Tener en cuenta la cuenta 413 y otros ajustes | Recoge gastos ya realizados pero no imputados todavía al presupuesto. Evita la sobreestimación. | 60.000 € |
| Concepto | Qué representa | Ejemplo |
|---|---|---|
| Tesorería disponible | Fondos que la entidad tiene en caja, bancos y otras cuentas de tesorería a 31 de diciembre. Refleja la liquidez inmediata disponible. | 850.000 € |
| Derechos pendientes de cobro | Ingresos reconocidos que aún no se han cobrado (tributos, tasas, precios públicos, subvenciones, etc.) | 600.000 € |
| Obligaciones pendientes de pago | Gastos comprometidos como: facturas, nóminas, transferencias y otros compromisos ya devengados pero aún no pagados. | 400.000 € |
| Ajuste por saldos de dudoso cobro | Cantidades con riesgo de impago que deben restarse. No todos los derechos pendientes de cobro se van a cobrar realmente* | 90.000 € |
| Tener en cuenta la cuenta 413 y otros ajustes | Recoge gastos ya realizados pero no imputados todavía al presupuesto. Evita la sobreestimación. | 60.000 € |
La fórmula es Remanente de tesorería = Fondos líquidos + Derechos pendientes de cobro – Obligaciones pendientes de pago
Imagina un ayuntamiento de tamaño medio al cierre del ejercicio:
Con estos datos, el remanente de tesorería total sería = 850.000 + 600.000 – 400.000 = 1.050.000 €
Ahora bien, no todo ese importe es utilizable:
↗️De los derechos pendientes de cobro, se estima que 90.000 € son de difícil cobro (recibos muy antiguos, contribuyentes insolventes…).
⚠️Además, hay 60.000 € en la cuenta 413, correspondientes a gastos ya realizados pero todavía no imputados al presupuesto, que reducen la capacidad real de gasto.
Al depurar el remanente: Remanente líquido de tesorería = 1.050.000 – 90.000 – 60.000 = 900.000 €
Ese remanente líquido de tesorería de 900.000 € es el que realmente sirve como referencia para saber cuánto margen tiene el ayuntamiento para financiar nuevas inversiones, reforzar servicios o reducir deuda sin poner en riesgo su equilibrio financiero.
A partir de aquí, la normativa presupuestaria distingue entre el remanente de tesorería total y el remanente líquido de tesorería, que es el que realmente sirve como referencia de liquidez.
El remanente líquido de tesorería mide la capacidad de pago inmediata de la entidad, ya que incluye únicamente:
Es un dato útil para comprobar la liquidez real del organismo, especialmente cuando hay tensiones de tesorería o pagos inmediatos. Mientras el remanente de tesorería total analiza la solvencia global, el remanente líquido se centra en la disponibilidad real de dinero a corto plazo.

La cuenta 413, que recoge las operaciones pendientes de aplicar a presupuesto, tiene una influencia directa en el cálculo del remanente. Cuando hay importes registrados en la cuenta 413, significa que existen gastos reconocidos pero no aplicados al presupuesto del ejercicio, lo que obliga a ajustar el remanente para reflejar de forma fiel la situación económica.
En términos prácticos:
Si la cuenta 413 no se analiza correctamente, puede dar la sensación de que la entidad tiene más capacidad financiera de la que realmente dispone. De hecho, uno de los errores más frecuentes en la liquidación es presentar un remanente que parece sólido, pero que baja de forma importante cuando se depuran estos importes. Por eso, los interventores suelen revisar esta cuenta con especial cuidado antes del cierre anual. Por eso es tan importante que esta cuenta esté correctamente analizada antes de emitir la liquidación.
Para mejorar el remanente de tesorería se deberán gestionar mejor los cobros, los pagos y el gasto. Muchos ayuntamientos y organismos públicos trabajan su remanente aplicando medidas de gestión muy concretas:
Remanente de tesorería positivo📈
Un remanente positivo indica que, sumando la tesorería disponible (caja y bancos) y los derechos pendientes de cobro, y restando las obligaciones pendientes de pago y los ajustes por dudoso cobro, la entidad mantiene un saldo favorable. En la práctica significa:
Remanente de tesorería negativo📉
Si el remanente es negativo, los compromisos de pago y los riesgos de cobro superan a la tesorería y a los derechos pendientes. Esto suele poner de manifiesto:
En todo caso, la interpretación debe hacerse sobre el remanente líquido de tesorería, es decir, una vez depurados los saldos de dudoso cobro y partidas como la cuenta 413. Un remanente positivo muy ajustado o basado en derechos difícilmente cobrables puede ser tan preocupante como uno claramente negativo; por eso es clave analizar su calidad, no solo la cifra final.
En definitiva, el remanente de tesorería es mucho más que un número al final de la liquidación del presupuesto: es la radiografía de la liquidez y la solvencia de la entidad. Entender cómo se calcula, qué significa que sea positivo o negativo y qué palancas tienes para mejorarlo te permite tomar decisiones más prudentes sobre gasto, inversión y deuda, y gestionar las cuentas públicas con mayor rigor y transparencia.